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LÍNEAS DE FERROCARRIL

Ferrocarril de las minas de apatito de La Celia
a la estación de Minateda

Ferrocarriles Mineros de Albacete: Ferrocarril de las minas de azufre de Hellín a la estación de Las Minas
 
Historia
Francisco de los Cobos Arteaga
 

En el último cuarto del siglo XIX, entre las provincias de Albacete y Murcia se localizaron yacimientos de apatito, un mineral compuesto por fosfato cálcico que servía como base para fabricar abonos químicos. Con objeto de explotar estos filones, bajo presidencia del profesor Ramón Torres Muñoz de Luna y con capital belga se constituyó la Sociedad Anónima de las minas de apatita de Jumilla.

En el ejercicio 1887-1888, la empresa reclamó cuatro permisos mineros y, para transformar el apatito en superfosfato soluble, decidió erigir una fábrica en el caserío de Minateda situado en la línea Albacete-Cartagena de M.Z.A. Finalmente, con objeto de poder llevar a cabo su proyecto, tanto las dependencias de las minas de La Celia, como la factoría de Minateda deberían quedar unidas por un ferrocarril.

En breve tiempo, la compañía belga entabló negociaciones con M.Z.A. para establecer una estación en Minateda y, de este modo, descargar sus materiales. Tras algunas reticencias, M.Z.A. estimó conveniente la oferta. Disfrutaría de las cargas mineras y, además, confiaba que el ferrocarril se prolongase desde La Celia a Jumilla.

Sin embargo, las publicaciones de la época anunciaban la falta de suscriptores de títulos de Minas de Apatita de Jumilla y problemas en la sociedad. Pese a todo, los planes continuaron. Los belgas solicitaron el camino de hierro el 20 de noviembre de 1889, recibiéndose su concesión el siguiente 7 de mayo por 99 años. Tras aceptar Muñoz de Luna las condiciones, el ferrocarril fue autorizado para ocupar terrenos de dominio público el 18 de junio 1890 y en agosto se anunció el término de las obras y el reconocimiento por la inspección facultativa.

En estas fechas, los trabajos mineros fueron mínimos y tras la muerte de Muñoz de Luna en 1890, conforme con la Estadística Minera y Metalúrgica de España, quedaron paralizados. No obstante, en abril de 1891 se redactó el contrato entre M.Z.A. y la empresa de fertilizantes para combinar los tráficos y, en julio de este año, quedaron fechados los planos de planta, alzado y secciones del edificio de viajeros de Minateda.

Detenida la explotación, Minas de Apatita de Jumilla fue disuelta en asamblea general de 5 de enero de 1892. Mientras, M.Z.A. decidía acometer el apartadero de Minateda con el fin de facilitar el cruce de circulaciones entre las lejanas Hellín y Agramón. Pero, en mayo de 1892 al intentar acometerse la residencia de los empleados de movimiento, M.Z.A. encontró que en este terreno se encontraba la fábrica de abonos ocupada por los obreros que reclamaban sus sueldos a la empresa minera.

La sociedad anónima de Abonos Químicos de Minateda, con domicilio social en Mons (Bélgica) y gerencia en Hellín, en 1895 retomó el negocio del apatito. Por su parte, tras abandonar los obreros su encierro, M.Z.A. concluyó la estación de Minateda y en el ejercicio de 1896 quedó abierta a los tráficos de viajeros y mercancías en el kilómetro 359,512 de la línea de Cartagena.

Poco sabemos del ferrocarril del apatito. Dotado de carril Vignole, tenía una longitud aproximada de 11.800 metros en ancho de 60 centímetros, ceñido al terreno y sometido a moderadas curvas. Sin recurrir a obras de fábrica de magnitud, había siete tajeas y dos puentes mínimos, excavándose una trinchera de 950 metros con una profundidad media de seis metros. Para ser aceptada en los reconocimientos por la autoridad, precisó de dos locomotoras belgas, de incierto rodaje, construidas en 1888 por la Société Anonyme des Usines Metállurgiques de Turize.

Sin embargo, todo indica que las minas y el ferrocarril del apatito no funcionaron. Tenemos varios medios para validar nuestra hipótesis. En primer lugar, desde 1890 las fuentes mineras no mencionan minas o fábricas de abonos activas en Albacete y Murcia. Por otra parte, el archivo de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles cuenta con varios expedientes relativos a Minateda y al transporte de abonos y materias destinadas a su elaboración. Examinados los documentos podemos comprobar que, con las primeras detenciones de locomotoras en Minateda, un comerciante de metales solicitó permiso para embarcar 700 toneladas de material y efectos de hierro depositados en la estación. Útiles que formaban el armazón del edificio sin concluir, destinado al lavado y trituración de minerales. Estas expediciones, se prolongaron hasta bien avanzado el año 1899.

En octubre de 1901 quedó abierta la carretera de Jumilla a Minateda y la Cámara Agrícola de Jumilla, localidad desatendida de ferrocarril y ubicada a veintiséis kilómetros de Minateda, prometió generosas mercancías para que el apartadero alcanzase la categoría de estación; pero en ningún caso, se mencionan cargas mineras. Además, hay un expediente de M.Z.A. fechado en 1906 donde un comerciante de Novelda pide analizar apatito en el laboratorio de la compañía férrea para intentar explotar las minas. Una vez sometido a pruebas, M.Z.A. contestó que la muestra poseía algo de fosforita, pero no debía considerarse como útil para beneficiar abono. Finalmente, hay otro expediente de M.Z.A. relativo a las tarifas sobre los tráficos de abonos. En él pueden consultarse las expediciones de este producto en las estaciones de M.Z.A. y podemos comprobar que Minateda no facturaba cantidad alguna.

La bondad del mineral, siempre ensalzada por los promotores del subsuelo, fue la causa del fracaso de todo el proyecto. En 1908, los informes de la Estadística Minera y Metalúrgica de España, concedían a las minas de La Celia un mínimo contenido en fosfato de cal con relación a otros yacimientos. Respecto al ferrocarril que, a nuestro juicio nunca funcionó, nuestros compañeros Gómez Martínez y Covés Navarro, sitúan su desmantelamiento en los años de la Gran Guerra.

 
Bibliografía
 


COBOS ARTEAGA, F. de los (2001).
"Los caminos del azufre. Transporte y negocios de los O'Shea en Hellín", Studia  Académica, nº 11, pp. 99-131.


GÓMEZ MARTÍNEZ, J.A. y COVES NAVARRO, J.V. (1991).
"Ferrocarriles mineros en Albacete", Carril, nº 34, pp. 14-29.
 
 
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