Fomento inicia las pruebas de
carga con trenes en el trayecto Cuenca-Motilla del
Palancar-Valencia
Ministerio de Fomento,
26/10/2009
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El Ministerio de Fomento, a través del Administrador
de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), ha iniciado
las pruebas de carga con trenes en el tramo Cuenca-Motilla
del Palancar-Valencia de la Línea de Alta Velocidad
Madrid-Castilla La Mancha-Comunidad Valenciana-Región
de Murcia.
La primera prueba de carga se realizó
con éxito el pasado 20 de octubre en el viaducto
Barranco de Aguas Blancas, situado en el subtramo Requena–Siete
Aguas (Valencia). Las pruebas de carga se ejecutan con
material ferroviario compuesto por locomotoras y vagones
tolvas cargados de balasto. En el tramo Cuenca-Motilla
del Palancar-Valencia, de 239,3 kilómetros, se
analizarán 76 viaductos, cuya longitud total
es de 16,6 km, y 16 pasos inferiores.
Las pruebas de carga con trenes son
preceptivas y las recoge la normativa de seguridad de
Adif y del Ministerio de Fomento. Su finalidad es comprobar,
antes de la puesta en servicio de una línea de
alta velocidad, que los viaductos y pasos cumplen los
requisitos técnicos y de seguridad.
Viaductos
significativos
Dentro del trayecto Cuenca-Motilla del Palancar–Valencia,
destacan por sus peculiaridades las pruebas que se realizarán
en los tres viaductos situados en la zona del embalse
de Contreras: el viaducto de Cuesta Negra (220 m), el
del Embalse de Contreras (587 m) y el del Istmo (830
m).
También destacan las pruebas
a realizar en el tramo Buñol-Cheste, con ensayos
en tres estructuras que cruzan la A-3: dos viaductos
y una pérgola, que en conjunto suman una longitud
de 327 metros. En este tramo, además, se efectuarán
las pruebas en una pérgola sobre el ferrocarril
convencional de la línea Valencia-Cuenca y en
otros tres viaductos. En la periferia de Valencia, por
su peculiaridad y situación, destaca el viaducto
del Turia, de 572 metros.
Análisis
y protección de puentes
Las pruebas de carga sobre puentes también son
preceptivas y se recogen en la normativa de Adif. Su
finalidad es comprobar que estas infraestructuras cumplen
los requisitos técnicos y de seguridad.
El contrato contempla tres fases: análisis
preliminar, ejecución de las pruebas e informe
final. La empresa encargada de la realización
de las pruebas inspecciona primero cada puente que vaya
a ser objeto de prueba de carga, en la que se analizan
los elementos estructurales. Después, se realiza
la inspección principal para obtener una información
sobre el estado funcional y resistente de cada estructura,
con especial incidencia en los cimientos y terrenos
de apoyo.
La empresa, tras la primera fase de
análisis, confecciona un proyecto de las pruebas
de carga. Los ensayos se realizan bajo la supervisión
de un director de prueba de carga, que recae en un técnico
con amplia experiencia demostrada en estructuras de
hormigón armado y pretensado.
Las pruebas se realizan con trenes
de carga, normalmente en horario nocturno. Se ejecutan
pruebas estáticas y dinámicas, y sus resultados
se van conociendo en el momento. Tras la realización
de los trabajos, se redacta un informe en el que se
dictamina si la estructura es apta para su puesta en
servicio.
Las actuaciones que, en materia de
ferrocarriles, se ejecutan dentro del Plan Estratégico
de Infraestructuras y Transporte 2005-2020 (P.E.I.T.),
pueden consultarse en la sección "El
PEIT, al Día".
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