Valencia, 7-3-2022.
Hace aproximadamente un año, el 8 de enero de 2021,
circuló por última vez un tren en servicio
comercial entre Cuenca y Valencia por la línea convencional.
El servicio se interrumpió forzosamente por los efectos
del temporal Filomena. Tras el paso del temporal y, aunque
la vía quedó expedita, la evaluación
del estado de la infraestructura, ya maltrecha a causa de
la histórica falta de inversiones, desaconsejaba
la autorización de restablecimiento del tráfico
ferroviario.
A partir de ahí, la CEOE conquense
se marcó un «de perdidos al río»
y abrió un melón que nadie hasta la fecha
se había atrevido: la posibilidad de cerrar y desmantelar
la línea ferroviaria entre Tarancón y Utiel.
El Plan de Movilidad «todo incluido» contempla,
además, la sustitución del servicio ferroviario
desde Aranjuez por autobuses y transporte a la demanda,
la conversión de la línea en una vía
verde y el aprovechamiento urbanístico de los terrenos
ferroviarios al paso de las distintas poblaciones (Tarancón,
Huete, Cuenca y Carboneras, fundamentalmente). Aunque era
un plan de movilidad, de las 44 diapositivas que constaba,
22 estaban dedicadas a infografías sobre cómo
quedarían los terrenos ferroviarios tras su urbanización.
Así, aprovechando el rebufo de la
CEOE, las diferentes administraciones: Ayuntamiento de Cuenca,
Diputación de Cuenca, Junta de Castilla-La Mancha
y el Ministerio de Transportes, todas ellas gobernadas por
el mismo partido político, en perfecta alineación
planetaria han aplaudido dicho «Plan», que el
Ministerio rebautizaba como «XCuenca».
En la visita que María José
Rallo realizó el pasado 26 de enero ante el Consejo
Social de la Ciudad de Cuenca para defender el Plan XCuenca,
la Secretaria General del Ministerio de Transportes afirmó
que la línea ferroviaria es obsoleta y que lo seguiría
siendo independientemente de la inversión realizada.
Extraño argumento teniendo en cuenta que, hoy en
día, el trayecto entre Madrid y Valencia por Cuenca
dura unas 7 horas y 30 minutos, pero en los años
80, con la infraestructura en mejores condiciones, se tardaba
unas 4 horas y 50 minutos en hacer el mismo recorrido, con
peor material rodante.
Como alternativa, proponen sustituir el
tren entre Tarancón y Utiel por autobuses, aumentando,
por ejemplo, en más de media hora los tiempos de
viaje de Huete y Carboneras de Guadazaón con Cuenca
en comparación con los tiempos que podría
ofrecer el tren. 4 horas 50 minutos puede parecer un tiempo
excesivo para unir Madrid y Valencia, pero si tenemos en
cuenta la cantidad de poblaciones que vertebra a lo largo
de las provincias de Madrid, Toledo, Cuenca y Valencia,
el ferrocarril es la mejor alternativa. Respecto al precio,
el trayecto completo cuesta unos 20 euros, siendo la opción
más económica, ya que los 7€ del Avlo
son una efeméride que rara vez acontece. Todo ello
sin necesidad de buscar tarifas ni ofertas valle con varias
semanas de antelación.
Respecto al uso de esta línea para
el tráfico de mercancías, lo fundamental es
que, de suprimirse esta línea ferroviaria, se suprime
cualquier posibilidad de desarrollo logístico para
toda la provincia de Cuenca que pudiere surgir a medio o
largo plazo, apoyándose en la intermodalidad del
ferrocarril. De este modo, propuestas como la creación
de plataformas logísticas multimodales que conectasen
la provincia de Cuenca con el Puerto de Valencia o el Corredor
Mediterráneo ni siquiera podrían llegar a
plantearse.
Desde luego, a la Administración,
a corto plazo, le salen las cuentas con el «Plan»
XCuenca, ya que dicho «plan» le supone una inversión
de 30 millones, frente a los 200 millones de euros que supondría
la renovación completa de la línea. Puede
que 200 millones parezca muchísimo dinero, pero es
menos del 1% de los 24.000 millones de euros que, el 30
de noviembre del año pasado, la Ministra de Transportes
anunció que disponía para invertir en la Red
Ferroviaria de Interés General de la que, todavía
a día de hoy, la línea Madrid-Cuenca-Valencia
forma parte.
Así pues, como Ingenieros de Caminos,
Canales y Puertos, competentes en materia de infraestructuras
y servicios de transporte, queremos manifestar la incongruencia
que supone la toma de decisiones de relevancia estratégica
para un país, como es el desmantelamiento de una
infraestructura de la Red Ferroviaria de Interés
General, basada en un «plan de movilidad» que
no pasa de ser una mera «idea» o «estrategia»
en gran parte urbanística, que no garantiza una conexión
interprovincial que mejore la existente a día de
hoy y que puede comprometer futuros desarrollos logísticos
en la zona. Buena prueba de ello es que no entra en detalles,
no plantea escenarios con la línea mejorada y tampoco
contempla usos compatibles con el tráfico de viajeros,
como trenes turísticos o de mercancías. De
este modo, se pretende clausurar una infraestructura sin
consensuar con las partes afectadas (ayuntamientos y provincias
limítrofes) ni consultar a los técnicos competentes,
que podrían aportar datos e ideas que mejorasen el
aprovechamiento de la línea ferroviaria.
[*] Artículo publicado el
día 7-3-2022 en el diario digital Levante. El
Mercantil de Valencia.
Autor: Pablo Salvador Zuriaga. Vocal de la Comisión
de Transporte y logística del Colegio de Ingenieros
de Caminos, Canales y Puertos en la Comunidad Valenciana.
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